Es de vital importancia, en la relación de acompañamiento, manejar relaciones de apoyo, solidaridad y comprensión. Esto implica no desarrollar relaciones jerárquicas, de dependencia y/o asistencialistas que impiden a los afectados reconocerse como sujetos de derechos y como parte activa dentro de su proceso de reconstrucción de proyectos de vida individual, familiar y social. La interacción humana nos invita a ponernos en los zapatos de las otras personas, para tratar de ver las realidades desde sus ojos.